sábado, 26 de marzo de 2011

PODEROSO CABALLERO...

Ha llegado la primavera, hay más horas de sol, parece que las calles comienzan a llenarse de gente y en las mentes de los “emprendedores” se inicia un arduo trabajo.
(El año no ha sido bueno, se nota la crisis. ¿Qué hace toda esta gente en la calle?)
En sus ojos aparece el signo del dólar y preparan todo un abanico de opciones para que puedan entretenerse y además poder hacerles un favor a todos esos que no hacen nada en la vida.
Aparecen los anuncios, en internet, en las paredes y en los periódicos.
Me centraré solo en los de Tai Chi. Libros y cursos on line, si dedicamos un tiempo a estudiar, podremos alcanzar unos conocimientos equivalentes a varios años de práctica.
Periódicos o panfletos, enseñanza presencial y además nos enseñarán todos aquellos conocimientos ocultos reservados para unos pocos iniciados.
Esto me gusta. Con los tiempos que corren, estos anuncios se ajustan a la definición de bien económico, es decir, se trata de aquel que se encuentra en cantidades limitadas y disponibles para satisfacer necesidades. Si además satisface estas necesidades de hecho, es bien económico.
Pero volvamos a todas estas gentes que abundan en las calles, me da la sensación de que no tienen muchas ganas de practicar taichí ni judo, karate o cualquier otro arte marcial.
Ayer concretamente vi un grupito de estos ciudadanos callejeros, parados enzarzados en sus discusiones, y aproveché la circunstancia para oír aquellos debates tan acalorados.
Hice como si se me hubiera soltado un zapato, y señores emprendedores,¡qué decepción!. Tan solo discutían de la “LEY ANTI TABACO”, No querían practicar los métodos secretos de “Chin Lu”. Sus mentes barajaban la fórmula más adecuada para seguir contaminando, descargando sus “malos humos” contra el señor ZP.
Ya decían los grandes padres de la economía moderna: “En época de crisis, el hombre se vuelve inventor”
Afortunadamente también hay otras gentes que sí buscan a las artes marciales para que formen parte de su vida y no lo hacen para complicarsela, que ya por sí misma es bastante compleja, ni para ser distintos a los demás, o formar grupos de “elegidos”, si no para sentirse a gusto con ellos mismos.
Los guetos, exclusiones o rarezas, acarrean miedo y odios.
No debemos olvidar la “guerra de los bóxer” se creyeron tan superiores que pensaron que ni las balas podrían con ellos.
Aunque todos estos anuncios que ofrecen tanto mediante medias verdades y con dejando entrever la autenticidad de sus conocimientos frente a otros conocimientos espurios, emanan un tufillo a búsqueda de dinero.
Lo dijo muy bien Don Francisco de Quevedo y Villegas:
……
Son sus padres principales,
Y es de nobles descendiente,
Porque en las venas de Oriente
Todas las sangres son Reales.
Y pues es quien hace iguales
Al rico y al pordiosero,
Poderoso caballero
Es don Dinero.