jueves, 17 de noviembre de 2011

LA LEY DE LA JARRA


Hace tiempo que vengo observando el siguiente caso.
Lleno una jarra con un líquido y la pongo en el microondas, lógicamente con el asa hacia la puerta, que es por donde la introduzco, y siempre ocurre lo mismo que lo expongo de la siguiente manera:
“No importa las vueltas que dé el plato del microondas. El asa de la jarra quedará siempre hacia el fondo.”
Estamos en época de elecciones, y esta “ley” me sirve para entender qué pasará con mi voto.
Microondas = a Espectro político (Entran en este abanico, todos y cada uno de los partidos políticos, así como los grupos de voto en blanco, voto nulo o abstención).
Jarra = Opciones de voto
Plato de microondas = Cálculo de probabilidades
Lo que me indica esta ley es que no importa quién sea el ganador, el partido que gane  me hará la “puñeta”.  La jarra siempre quedará con el asa hacia adentro.
Me falta un elemento, y es saben quién se beneficia del giro del plato. Aunque la respuesta creo que está en la mente de todos, ¿Quién provoca el giro a través de los mercados? El mismo ente que no paga impuestos, que crea dinero ficticio, quien además hace que ese dinero ficticio no genere riqueza, más que la suya, y quien aun sabiéndolo hace la vista gorda y ejerce de plato del microondas.
Cuando era niño me educaron en la idea de que había un Dios Todopoderoso, luego me inculcaron el libre albedrío, a medida que iba envejeciendo comencé a ver el mundo como un teatro de títeres, que todo en él se movía por la voluntad de quien manejaba los hilos.
Alguien más ha tenido esa visión, y la ha modernizado, se ha convertido en el mecanismo de giro, y para ello ha buscado una plataforma, un simple plato de microondas, frágil y sustituible.
Como toda maquinaria, se encuentra en la parte oculta, haciendo creer al plato, que es la parte importante, y este se auto convence y sigue las enseñanzas de la maquinaria tratando de que la jarra crea que es la parte importante de todo el conjunto, como dice el plato, la jarra es la más importante porque contiene el líquido y según las ondas emitidas (léase cantos de sirena) ese líquido se calentará más o menos, haciendo creer que el poder de la jarra, reside en la mano que la introduce en el microondas y que se quema cuando ya está caliente el líquido.
Hoy las noticias políticas no existen, los políticos siguen graznando, pero con cada graznido las ideas vuelan de sus cerebros- si es que alguna vez las tuvieron- y sus bolsillos se encuentran cada vez más repletos, porque son buenos ciudadanos y hacen caso a los mandatos de los mercados.
¿Alguien ha llegado a pensar qué pasaría si a todos los mercados de bolsa del mundo les obligasen a parar de manera coercitiva tan solo durante una hora después de cada ataque a la deuda soberana de un país?
Estoy convencido de que alguno de estos financieros a la segunda o tercera vez que pasase esto, se suicidaban.
Cada vez hay más gente dispuesta a no calentar la jarra en el microondas, hacer que el poder resida en el pueblo, y calentar esa jarra en un fuego limpio de podredumbre.

miércoles, 12 de octubre de 2011

LAVANDO AL ELEFANTE


Hace muchos años uno de mis hijos asistió a un campamento de verano y los monitores prepararon diferentes juegos para realizar el día de la visita de los padres, en los que los mismos padres participaban. Entre estos juegos había uno que demostraba como se iva desvirtuando una noticia o una enseñanza pasada de boca a oído a través de distintas personas.
 Este juego no era otro que lavar a un elefante. El primer actor recibía instrucciones precisas de lo que debía realizar. Se trataba de realizar unas acciones sin utilizar ningún objeto, tan solo mediante gestos y expresiones corporales, que debía transmitir a un segundo actor y este a un tercero, y así sucesivamente.
El primero que había recibido instrucciones precisas, realizó todos y cada uno de los movimientos, haciendo ver a los espectadores toda la escena, agarraba el asa de un cubo y lo llenaba de agua en un grifo, introducía un trapo en el cubo de agua, lo escurría y se lo pasaba al elefante por las distintas partes del cuerpo. Cuando le llegó el turno al segundo actor que había recibido instrucciones del anterior, de boca a oído y además lo había visto realizar todos los movimientos, comenzó su trabajo, pero omitía detalles y agregaba movimientos sin ningún sentido. Pasó las instrucciones de boca a oído al tercero que también le había visto realizar su trabajo, y comenzó la actuación. Esto ya no se parecía en nada a la primera actuación, los movimientos carecían de sentido, el elefante había desaparecido. Pasaron más actores que también había recibido las mismas instrucciones del segundo, y siguieron modificando los movimientos, ya había desaparecido el cubo, el trapo y la fuente, así que cuando llegó el último, tan solo se dedicó a pasear por el escenario saludando a todo el mundo.
Este juego me recuerda a la trayectoria que en muchos casos se le está dando al tai chi. Se ve una coreografía vacía de intención, vendida como el arte de la relajación con un mínimo esfuerzo físico, han ido desapareciendo esos pequeños detalles diferenciadores, que crean la frontera entre manifestación corporal y arte marcial, y eso no es tan malo, porque en otros muchos casos no se reconocen los movimientos, las modificaciones han sido de tal calibre, que ha desaparecido el continente y el contenido inicial. Cada vez más están apareciendo manifestaciones lúdicas o gimnásticas que se aprovechan del nombre de tai chi, para introducirse entre las personas crédulas pero mal informadas, que por supuesto poseen una utilidad social, pero no son tai chi, no tendría mayor importancia si todas estas actividades no transmitiesen imágenes erróneas de esta actividad, haciendo que a cuando dices que precticas tai chi veas una leve sonrisa en tu interlocutor, eso en el mejor de los casos, porque en otros te dicen directamente.
-        Eso está bien para viejos. Tan lento, demasiado estresante, y además yo necesito hacer ejercicio.
 Es normal ver en los anuncios de los gimnasios donde se practican varias actividades, dos columnas, una para el Karate, Judo, Kung Fu etc. y otra para  yoga, fitness, tai chi, etc.
A todo esto le llamo “lavar al elefante”, pero también le doy la misma denominación a lo que aparece en anuncios, libros etc. que después de la palabra Tai Chi, de tal o cual familia, siempre le ponen el adjetivo auténtico. Me recuerda a los anuncios de Juan Valdés, en el que una voz en off decía :
-        Auténtico café de Colombia.

Estamos convirtiendo el Tai Chi en un producto para sacar dinero. Sin agradarme del todo, tampoco esto es lo peor.
Lo más criticable en todo esto son los captadores de masas. Todas esas empresas creadas al amparo de entes públicos y que gestionan dinero de todos para realizar programas deportivos, en los que las propagandas en papel couché de alto gramaje y cuatricromía, llegan a todos los buzones, como el que en el que tengo en la mano y que puede leerse la explicación de cada actividad, por ejemplo:
“Tai chi
Gimnasia suave oriental que produce mejoras a nivel físico y mental, a través de la respiración y movimientos lentos y precisos. Se mejora el equilibrio y la corrección postural y se fortalece el cuerpo y la mente.”
 El éxito de estas empresas reside en que utilizan  subvenciones públicas resultando una aportación simbólica la cuota que paga el usuario. Poniendo mayor énfasis en la cantidad de usuarios que en la calidad del profesorado.
En los tiempos que corren, de miedo a la crisis, (resulta que el informe de Cajas de Ahorro, indica que ha aumentado la cantidad de dinero ahorrado) aparecen los buitres con ofertas muy golosas, aunque de contenido dudoso, creo que la mejor defensa del Tai Chi, es dejarnos de “autenticidades” u otros apelativos, y ofrecer calidad de enseñanza a precios asequibles. Dar un paso atrás, no siempre es un retroceso.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

LO NO OFICIAL, NO EXISTE


Otra vez ha llegado septiembre, y las vacaciones quedaron olvidadas. Los niños lloran por volver al colegio. Los pajaritos cantan, las nubes se levantan. Todo es felicidad, hermandad y amor.
 En las paredes aparecen las mismas propagandas de otros años, aquellas que tanto odio y que venden Tai Chi para ancianos, lisiados y gentes que no deseen realizar esfuerzo físico.
 Y luego veo las fotografías que ilustran dichos pasquines con imágenes un tanto estrambóticas, ejes de simetría en equilibrio inestable y cuerpos imitando casi a la perfección a Quasimodo. Y para completar el cuadro dos tipos de expresiones. La del iluminado, que practicando tai chi parece flotar elevándose de la tierra donde solamente pueden estar los viles mortales,  y la del “tonto de baba” y que en mi pueblo le llaman “tontolaba”, que no llega a entender el orgullo de la práctica del Tai Chi.
 Aunque no merece más ni un minuto de mi tiempo, ya que todas estas cosas son ejercicios con coreografías imitando Tai Chi, pero no pueden ser consideradas Tai Chi, porque no tienen en su interior el espíritu del Tai Chi.
Dejamos esto a un lado y comenzamos con el trabajo serio.
Durante este verano, en una tertulia de terraza de cafetería, en la que me encontraba junto a otros compañeros, practicantes de Tai Chi, la conversación derivó sobre los estilos y diferentes tendencias del Tai Chi. Y entonces surgió una frase lapidaria:
“LO QUE NO ES OFICIAL, NO EXISTE”
Ahora yo me pregunto
¿La oficialidad es sinónimo de veracidad irrefutable?
Esto me recuerda al catecismo que estudié de niño y que en una de sus normas decía:
“El Papa no puede equivocarse cuando define doctrinas de fé y de moral, como maestro supremo de toda la iglesia.”
 El no reconocimiento de un hecho, no elimina al hecho en sí mismo, lo mismo que el no reconocimiento oficial de una enfermedad, no elimina esa enfermedad.
Sabemos que en todas las grandes dinastías existen escisiones, y todas las ramas dicen ser las herederas del tronco del que se han desgajado, por eso unos serán considerados auténticos y otros espurios, y cada vez irán creando mayores divergencias para demostrar que son los herederos reales y guardianes de la pureza del estilo.
No nos rasguemos las vestiduras, que todos y cada uno de los que practicamos un arte marcial, seguimos a una de estas ramas, y la gran mayoría piensa que solo la línea que ellos siguen es la auténtica.
 Creernos en posesión de la verdad, hace que nadie se atreva a profundizar en otros estilos, no sea que al hacerlo descubra que existen más afinidades que divergencias, y no sea que el otro estilo les guste más y lo sientan más afin a ellos mismos que el estilo que practican.
Solo tengo que decir parodiando aquel lema que se hizo famoso hace unos cuantos años en los anuncios de televisión:
“Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo”

domingo, 10 de julio de 2011

LAS CRISIS DE CRECIMIENTO EN EL TAI CHI CHUAN (TCC)


PRIMER CONCURSO DE ARTICULOS 5TAICHI8
 Articulo nº 19



Autor: IGNACION MORIYÓN RUIZ


No es muy común  hablar sobre las crisis que nos enfrentamos en nuestro aprendizaje sobre Tcc y siendo este arte de largo recorrido, es bastante habitual que pasemos por periodos donde la “sombra de la duda” sean tan intensa que, pasemos por malos tiempos en el mejor de los casos o en muchos otros que abandonemos y concluyamos que este camino ya no es para nosotros.

 Explorar nuestras crisis, indagar sobre las causas es un forma de entender el Tcc, su complejidad y a la vez la nuestra propia, porque, en muchas ocasiones ambas están unidas

 La curva de aprendizaje en el Tcc es parecida a la de cualquier otro arte, comienza con un fuerte ascenso (etapa que genera muchas ilusiones y cambios) después se sucede una etapa de meseta, y nuevamente un pequeño crecimiento, una meseta y así sucesivamente. 
 Las mesetas son nuestras crisis, parece que no avanzamos o incluso que entendemos menos, en este punto nos preguntamos muchas cosas Será este arte para mi, o debería hacer otra cosa?, el estilo que practico es el adecuado?. Mi profesor es bueno?. Debería hacer más “empuje de manos”, más Qigong,...... ir a China?.. y un largo etc. de preguntas.

 Son malos momentos, pero a la vez, nos hacen profundizar y preguntarnos por cosas, sí los superamos, con cada crisis este arte es más nuestro.  

 A grandes rasgos, agrupo las crisis en tres ejes de crecimiento, que se corresponden con los tres planos físicos, y que a su vez se corresponden con distintas cualidades emocionales y psicológicas .

 Estos tres grandes bloques si bien se dan necesariamente uno tras de otro en la evolución en Tcc, tampoco es necesario asimilar completamente un bloque para pasar al siguiente, sino que puntualmente se puede intuir y saborear, lo que será en una etapa posterior un logro permanente.  

 El eje izquierda- derecha es el primer yin –yang a conquistar: distinguir los pesos del cuerpo y manejarlos a nuestro gusto, es la base del trabajo. Es una etapa de grandes logros, los ejercicios aportan mucha información y evolucionamos pronto. 

 Muchos que se inician en Tcc, si no hacían antes algún otro ejercicio (otras artes marciales- danza- deportes...), tienen grandes descubrimientos sobre su cuerpo, pero sus crisis empiezan cuando ven que esta fase les lleva mucho tiempo, se comparan con otros, y sienten que no pueden pasar a disfrutar de más aspectos de la práctica: mayor sensibilidad, fluidez, habilidad en el empuje de manos .etc.  
 Los que se inician en Tcc con experiencias en otras actividades físicas pasan más rápido en esta etapa y más pronto se enfrentan a un segundo eje.
 Las cualidades psicológicas que conlleva este primer eje están relacionadas con el disfrute del cuerpo, el juego, el abandono de la rigidez mental, sopesar posibilidades, el estancamiento ideológico, ponerse en camino y abordar los problemas.
El segundo eje se refiere a plano de adelante- atrás, es otro yin – yang que nos invita a distinguir lo sensible y lo fuerte, a colocar cada uno en su lugar y explorarlos sacando el máximo partido de ambos.

Los practicantes en esta larga etapa se enfrenta a retos muy importantes, la energía que circula por la cara interna del cuerpo tiene una naturaleza sensible-emocional que hay que aprender a distinguir y armonizar con la energía de la cara posterior del cuerpo de naturaleza mas física y relacionada con la fuerza.

  En esta etapa tiene un recorrido más largo que la anterior, y no necesariamente los practicantes que tuvieron muchas dificultades en la primera las tendrán en esta.
A menudo nos encontramos que personas que han pasado de”rositas” por la primera y en esta tienen grandes frustraciones.  Si vienen de otras artes marciales externas o deportivas, la frustración se manifiesta al no encontrar un sentido al Tcc sin utilizar la fuerza y recurrir a viejos hábitos de los aprendizajes anteriores al Tcc: en empuje de manos, en las aplicaciones de la forma, en no saber que sentir, o temer en profundizar en ello.
Los practicantes que han pasado muchas dificultades en la 1º fase en esta se les abre un mundo de posibilidades que durara tiempo y nuevos conocimientos o confirmaciones a sus intuiciones previas.
 Esta etapa psicológicamente nos invita a interiorizar y explorar sentimientos, a reconocer cualidades, o renunciara viejas artimañas, encontrarse con el dragón que llevamos dentro, a considerar y valorar a los otros y dudar de nuestras primeras impresiones.
...Y así entramos en una nueva etapa se corresponde con eje arriba- abajo es un yin- yang que nos propone colocar el cielo y la tierra, su manifestación mas evidente es el Poder: lo que digo y lo que hago son la misma cosa:el cielo: lo espiritual ocupa su lugar, la tierra: la materia ocupa su lugar y ambos danzan para gozo de uno y de los demás.

Es otra etapa de largo recorrido y según los sinceros que la ha atravesado les faltaría “algunas vidas más para recorrerla entera”.

La energía de tierra y cielo encuentran su lugar en nuestro cuerpo, la estructura física del cuerpo ha logrado abrirse a todas la corrientes internas y la energías cósmicas circulan sin ningún obstáculo para obrar maravillas.... este seria el fin,

Pero aquí también hay muchos valores a explorar: necesitamos hacernos a nosotros mismos, creer en nosotros, ser sinceros en nuestros propósitos, reconocer los meritos y el camino de otros compañeros de viaje, arriesgarnos en definitiva ....pasar por la noche oscura del alma y contarlo.

La practica real deja de tener la misma importancia, el estilo, la distancia, donde esta el peso, la técnica, un orden mas “misterioso” hace todo esto sin ninguna pretensión.
Esta etapa es la que todos desearíamos y solo o unos pocos llegan.

También diferentes personas desde otras artes o disciplinas lo consiguen: monjes, artistas, a veces personas anónimas, abuelos... Todos tienen cosas en común: vemos a estas personas con gestos y expresiones gráciles y amables, sensibles y a la vez contundentes, sus cuerpos transmiten vitalidad y reposo al mismo tiempo....

Este recorrido, que en esta lectura es de unos minutos, en la práctica son muchos años, y debería ahora añadir un la cuarta dimensión: el tiempo (kung- fu) es la línea que atraviesa esos ejes, y que en el día a díase manifiesta con alegrías por los logros y frustraciones por no llegar.

Cuentan que el profesor Cheng Man Ching, dijo que tuvo un estudiante que lo había logrado en seis meses, al preguntarle como, respondió: es que tenía fe.
Podemos pensar dado el carácter del profesor que era para provocar a sus estudiantes.... o que apuntaba a la existencia de otras dimensiones además de las cartesianas del mundo cotidiano tal como lo vivimos cotidianamente, en las cuales el tiempono tiene el valor que comúnmente le damos.  

Par acabar quiero resumir alguna de las estrategias que me he aplicado en estos 20 y tantos años a la hora de abordar las crisis.
 Cuando aparecen los sentimientos de frustración en la primera fase, nos podemos marcar objetivos muy concretos: acabar una forma, o estudiar una nueva del estilo, a veces con la espada (u otras armas) se cambia el ritmo y da un nuevo impulso, también no insistir en aquello que nos frustra: sea la forma, el empuje de manos el Qigong y dedicarnos a explorar otros aspectos que nos dan mas ilusión (un Qigong concreto, una parte de la forma , el estudio de un arma...)

 La exploración de todas las propuestas del estilo es una forma bien creativa de estar en el camino y evitar la rutina. Otro recurso es probar otro estilo, estilos mas abiertos o mas cortos pueden cambiar como nos encontremos y darnos nuevas experiencias.

 El peligro de esto esta en coleccionar formas, estilos y ramas, pues pueden servir a algunos practicantes como vía de escape para no profundizar en aspectos más íntimos relacionados con el segundo bloque.

 Entre los escollos que encontramos en la segunda etapa, el principal es poder identificar que es lo que pasa, porque estamos desilusionados, apáticos o quemados, parecía que avanzamos bastante y sin embargo nos encontramos estancados. La mirada interior es dura al principio, hasta que encontramos en ella una oportunidad para superar nuestros límites ocultos hasta entonces.  

 El trabajo personal, fuera de las clases en grupo, es fundamental en esta etapa para orientarnos. Buscar una relación mas profunda con el profesor, donde podamos reconocer de verdad (más allá de las formas aparentes de la clase) las cualidades que nos puede aportar. Buscar nuevas rutas de aprendizaje, bien a través de otras técnicas con puntos en común. Feldenkrais, Eutonia, bioenergética, entre otras, pueden aportar un complemento que nos estimule puntualmente.  

  Trabajar con otros profesores se vuelve casi imprescindible cuando no encontramos mas estimulo en nuestro entorno, ver otras formas de abordar cuestiones parecidas por personalidades distintas nos acercan a reconocer nuestros valores.

En la última etapa, tenemos irremediablemente que abordarla solos, algo que ha sucedido en muchos maestros, los cambios generacionales y las condiciones particulares enfrentan al practicante serio con un problema: que hacer con este conocimiento que tiene en sus manos.

La creación de nuevos estilos, la reforma de la formas, el centrarse solo en una parte del currículo del estilo, crear un Qigong nuevo, el descubrimiento de nuevas técnicas no utilizadas por su maestro, a veces el aprendizaje con dos maestros que da lugar a una tercera vía, acortar o extender las formas... y un largo etc. Son circunstancias que llevaron a muchos maestros a ser mundialmente conocidos por sus meritos y aportaciones, pero que en sus tiempos en muchos de los casos generaron críticas por parte de sus correligionarios y abandonos en sus estudiantes.

 Es en definitiva la creativa, misteriosa y peligrosa noche oscura del alma del Tcc.

 Hace poco en una entrevista el artista Miquel Barceló, preguntado sobre si se considera un genio, dijo: que como todos los niños de su edad empezó pintando en las clases y a diferencia de la mayoría, nunca había dejado hacerlo.

miércoles, 29 de junio de 2011

¿CUANTO DE TUYO TIENE TU TAI CHI?


Esta pregunta me da vueltas por la cabeza desde que en medio de una conversación sobre Tai Chi me la formulara mi amigo Félix y la verdad es que no podría contestarla, porque igual que un ser humano “mi taichí” tiene una parte genética adquirida de distintas familias, es decir de distintas personas que me han ido enseñando la forma.
 Por otro lado habrá un legado cultural con distintas cargas genéticas, y por último, mi materia prima.
 Aunque si ha hecho que me formule otras preguntas.
¿Hasta donde soy capaz de comprender e interpretar el Tai Chi que he recibido?
Sigo sin saber la respuesta a esta nueva pregunta. Puedo tener mi opinión sobre el Tai Chi, que seguramente no es la misma que hace un año y que habrá variado dentro de cinco minutos, o cuando termine esta elucubración. Tengo muy claro que se trata de algo con vida propia, que se expande o se encoje a su voluntad, haciendo que mis movimientos no sean previsibles, no tanto en su estructura que se encuentra establecida de antemano, como en mi interpretación de esa estructura.
¿Qué hacer con lo que he recibido?
Mi respuesta puede ser insegura, como la de un niño al que le hacen una pregunta y cuando la responde, le proponen otra respuesta contradictoria para descubrir si está seguro de lo que dice o si ha contestado al azar. (Eso les hacía a mis hijos. Espero que no me guarden rencor por ello)
 Si antes he dicho que creo que el Tai Chi tiene vida propia, entiendo que se trata de una energía, tiene alma. Lo que sí sé es lo que debo hacer, y es darle un cuerpo que pueda interpretar el sentimiento de ese alma.
Pero en este punto no surge una sola pregunta, surgen varias opciones:
1º ¿Debo mantenerlo como me lo han enseñado?
2º ¿Debo introducir mi propia interpretación?
3º ¿Debo permitir que un maestro me marque los límites?
  Puede ser que si tomo un camino u otro, esté bien, o si tomo los tres a la vez, también esté bien. Pero sé que cualquiera de las opciones elegidas, estarían generando un bucle que me haría volver constantemente al inicio, y seguiría sin tener una respuesta clara.
¿CUANTO DE TUYO ES TU TAI CHI?
 Esto debe de ser una pregunta trampa. Si es mí Tai Chi, no hay duda de que es mío, o al menos lo he hecho mío. También es cierto de que en él se encuentra una parte muy importante de todos aquellos de los que he ido aprendiendo.
 Creo que el Tai Chi es arte y como tal, no admite gregarismos, una buena ejecución solo podrá ser ejecutada por verdaderos artistas, espíritus libres con autodisciplina espartana, y con mucha capacidad de autocrítica, conociendo de antemano que no existen fronteras, y que nunca llegara al límite máximo, como nunca llegará a descubrir la cantidad de granos de arena  que hay en el mar o la cantidad de estrellas del firmamento.
 Puede que no sea capaz de alcanzar alguna de estas metas, pero siempre tendré presente esta pregunta.
                             ¿CUANTO DE MIO TIENE MI TAICHI?