domingo, 10 de julio de 2011

LAS CRISIS DE CRECIMIENTO EN EL TAI CHI CHUAN (TCC)


PRIMER CONCURSO DE ARTICULOS 5TAICHI8
 Articulo nº 19



Autor: IGNACION MORIYÓN RUIZ


No es muy común  hablar sobre las crisis que nos enfrentamos en nuestro aprendizaje sobre Tcc y siendo este arte de largo recorrido, es bastante habitual que pasemos por periodos donde la “sombra de la duda” sean tan intensa que, pasemos por malos tiempos en el mejor de los casos o en muchos otros que abandonemos y concluyamos que este camino ya no es para nosotros.

 Explorar nuestras crisis, indagar sobre las causas es un forma de entender el Tcc, su complejidad y a la vez la nuestra propia, porque, en muchas ocasiones ambas están unidas

 La curva de aprendizaje en el Tcc es parecida a la de cualquier otro arte, comienza con un fuerte ascenso (etapa que genera muchas ilusiones y cambios) después se sucede una etapa de meseta, y nuevamente un pequeño crecimiento, una meseta y así sucesivamente. 
 Las mesetas son nuestras crisis, parece que no avanzamos o incluso que entendemos menos, en este punto nos preguntamos muchas cosas Será este arte para mi, o debería hacer otra cosa?, el estilo que practico es el adecuado?. Mi profesor es bueno?. Debería hacer más “empuje de manos”, más Qigong,...... ir a China?.. y un largo etc. de preguntas.

 Son malos momentos, pero a la vez, nos hacen profundizar y preguntarnos por cosas, sí los superamos, con cada crisis este arte es más nuestro.  

 A grandes rasgos, agrupo las crisis en tres ejes de crecimiento, que se corresponden con los tres planos físicos, y que a su vez se corresponden con distintas cualidades emocionales y psicológicas .

 Estos tres grandes bloques si bien se dan necesariamente uno tras de otro en la evolución en Tcc, tampoco es necesario asimilar completamente un bloque para pasar al siguiente, sino que puntualmente se puede intuir y saborear, lo que será en una etapa posterior un logro permanente.  

 El eje izquierda- derecha es el primer yin –yang a conquistar: distinguir los pesos del cuerpo y manejarlos a nuestro gusto, es la base del trabajo. Es una etapa de grandes logros, los ejercicios aportan mucha información y evolucionamos pronto. 

 Muchos que se inician en Tcc, si no hacían antes algún otro ejercicio (otras artes marciales- danza- deportes...), tienen grandes descubrimientos sobre su cuerpo, pero sus crisis empiezan cuando ven que esta fase les lleva mucho tiempo, se comparan con otros, y sienten que no pueden pasar a disfrutar de más aspectos de la práctica: mayor sensibilidad, fluidez, habilidad en el empuje de manos .etc.  
 Los que se inician en Tcc con experiencias en otras actividades físicas pasan más rápido en esta etapa y más pronto se enfrentan a un segundo eje.
 Las cualidades psicológicas que conlleva este primer eje están relacionadas con el disfrute del cuerpo, el juego, el abandono de la rigidez mental, sopesar posibilidades, el estancamiento ideológico, ponerse en camino y abordar los problemas.
El segundo eje se refiere a plano de adelante- atrás, es otro yin – yang que nos invita a distinguir lo sensible y lo fuerte, a colocar cada uno en su lugar y explorarlos sacando el máximo partido de ambos.

Los practicantes en esta larga etapa se enfrenta a retos muy importantes, la energía que circula por la cara interna del cuerpo tiene una naturaleza sensible-emocional que hay que aprender a distinguir y armonizar con la energía de la cara posterior del cuerpo de naturaleza mas física y relacionada con la fuerza.

  En esta etapa tiene un recorrido más largo que la anterior, y no necesariamente los practicantes que tuvieron muchas dificultades en la primera las tendrán en esta.
A menudo nos encontramos que personas que han pasado de”rositas” por la primera y en esta tienen grandes frustraciones.  Si vienen de otras artes marciales externas o deportivas, la frustración se manifiesta al no encontrar un sentido al Tcc sin utilizar la fuerza y recurrir a viejos hábitos de los aprendizajes anteriores al Tcc: en empuje de manos, en las aplicaciones de la forma, en no saber que sentir, o temer en profundizar en ello.
Los practicantes que han pasado muchas dificultades en la 1º fase en esta se les abre un mundo de posibilidades que durara tiempo y nuevos conocimientos o confirmaciones a sus intuiciones previas.
 Esta etapa psicológicamente nos invita a interiorizar y explorar sentimientos, a reconocer cualidades, o renunciara viejas artimañas, encontrarse con el dragón que llevamos dentro, a considerar y valorar a los otros y dudar de nuestras primeras impresiones.
...Y así entramos en una nueva etapa se corresponde con eje arriba- abajo es un yin- yang que nos propone colocar el cielo y la tierra, su manifestación mas evidente es el Poder: lo que digo y lo que hago son la misma cosa:el cielo: lo espiritual ocupa su lugar, la tierra: la materia ocupa su lugar y ambos danzan para gozo de uno y de los demás.

Es otra etapa de largo recorrido y según los sinceros que la ha atravesado les faltaría “algunas vidas más para recorrerla entera”.

La energía de tierra y cielo encuentran su lugar en nuestro cuerpo, la estructura física del cuerpo ha logrado abrirse a todas la corrientes internas y la energías cósmicas circulan sin ningún obstáculo para obrar maravillas.... este seria el fin,

Pero aquí también hay muchos valores a explorar: necesitamos hacernos a nosotros mismos, creer en nosotros, ser sinceros en nuestros propósitos, reconocer los meritos y el camino de otros compañeros de viaje, arriesgarnos en definitiva ....pasar por la noche oscura del alma y contarlo.

La practica real deja de tener la misma importancia, el estilo, la distancia, donde esta el peso, la técnica, un orden mas “misterioso” hace todo esto sin ninguna pretensión.
Esta etapa es la que todos desearíamos y solo o unos pocos llegan.

También diferentes personas desde otras artes o disciplinas lo consiguen: monjes, artistas, a veces personas anónimas, abuelos... Todos tienen cosas en común: vemos a estas personas con gestos y expresiones gráciles y amables, sensibles y a la vez contundentes, sus cuerpos transmiten vitalidad y reposo al mismo tiempo....

Este recorrido, que en esta lectura es de unos minutos, en la práctica son muchos años, y debería ahora añadir un la cuarta dimensión: el tiempo (kung- fu) es la línea que atraviesa esos ejes, y que en el día a díase manifiesta con alegrías por los logros y frustraciones por no llegar.

Cuentan que el profesor Cheng Man Ching, dijo que tuvo un estudiante que lo había logrado en seis meses, al preguntarle como, respondió: es que tenía fe.
Podemos pensar dado el carácter del profesor que era para provocar a sus estudiantes.... o que apuntaba a la existencia de otras dimensiones además de las cartesianas del mundo cotidiano tal como lo vivimos cotidianamente, en las cuales el tiempono tiene el valor que comúnmente le damos.  

Par acabar quiero resumir alguna de las estrategias que me he aplicado en estos 20 y tantos años a la hora de abordar las crisis.
 Cuando aparecen los sentimientos de frustración en la primera fase, nos podemos marcar objetivos muy concretos: acabar una forma, o estudiar una nueva del estilo, a veces con la espada (u otras armas) se cambia el ritmo y da un nuevo impulso, también no insistir en aquello que nos frustra: sea la forma, el empuje de manos el Qigong y dedicarnos a explorar otros aspectos que nos dan mas ilusión (un Qigong concreto, una parte de la forma , el estudio de un arma...)

 La exploración de todas las propuestas del estilo es una forma bien creativa de estar en el camino y evitar la rutina. Otro recurso es probar otro estilo, estilos mas abiertos o mas cortos pueden cambiar como nos encontremos y darnos nuevas experiencias.

 El peligro de esto esta en coleccionar formas, estilos y ramas, pues pueden servir a algunos practicantes como vía de escape para no profundizar en aspectos más íntimos relacionados con el segundo bloque.

 Entre los escollos que encontramos en la segunda etapa, el principal es poder identificar que es lo que pasa, porque estamos desilusionados, apáticos o quemados, parecía que avanzamos bastante y sin embargo nos encontramos estancados. La mirada interior es dura al principio, hasta que encontramos en ella una oportunidad para superar nuestros límites ocultos hasta entonces.  

 El trabajo personal, fuera de las clases en grupo, es fundamental en esta etapa para orientarnos. Buscar una relación mas profunda con el profesor, donde podamos reconocer de verdad (más allá de las formas aparentes de la clase) las cualidades que nos puede aportar. Buscar nuevas rutas de aprendizaje, bien a través de otras técnicas con puntos en común. Feldenkrais, Eutonia, bioenergética, entre otras, pueden aportar un complemento que nos estimule puntualmente.  

  Trabajar con otros profesores se vuelve casi imprescindible cuando no encontramos mas estimulo en nuestro entorno, ver otras formas de abordar cuestiones parecidas por personalidades distintas nos acercan a reconocer nuestros valores.

En la última etapa, tenemos irremediablemente que abordarla solos, algo que ha sucedido en muchos maestros, los cambios generacionales y las condiciones particulares enfrentan al practicante serio con un problema: que hacer con este conocimiento que tiene en sus manos.

La creación de nuevos estilos, la reforma de la formas, el centrarse solo en una parte del currículo del estilo, crear un Qigong nuevo, el descubrimiento de nuevas técnicas no utilizadas por su maestro, a veces el aprendizaje con dos maestros que da lugar a una tercera vía, acortar o extender las formas... y un largo etc. Son circunstancias que llevaron a muchos maestros a ser mundialmente conocidos por sus meritos y aportaciones, pero que en sus tiempos en muchos de los casos generaron críticas por parte de sus correligionarios y abandonos en sus estudiantes.

 Es en definitiva la creativa, misteriosa y peligrosa noche oscura del alma del Tcc.

 Hace poco en una entrevista el artista Miquel Barceló, preguntado sobre si se considera un genio, dijo: que como todos los niños de su edad empezó pintando en las clases y a diferencia de la mayoría, nunca había dejado hacerlo.

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