sábado, 27 de marzo de 2010

TAI CHI. ¿SE TRATA DE UNA MODA?

Siempre hay a quien le gusta decir que la práctica del tai chi es una moda y que en cuanto pase, las aguas volverán a su cauce. Es cierto que siempre aparecen actividades, arropadas por grandes despliegues publicitarios miran a las demás actividades por encima del hombro, y al final se marchitan y desaparecen.

¿Qué pasa con el tai chi?

Si solo se difundiese por ser una moda, seguro que después de la cantidad de años de existencia, habría desaparecido por completo, sus adeptos se cuentan por millones y seguimos creciendo día a día.

Es cierto que hubo un tiempo en que se mitificó. Pasa como en todo. Alguien se encarga de comercializarlo. Se proclaman sus bondades a bombo y platillo, se crean cursos para sacar un dinero de ellos, y sigue la cadena, se autoproclaman “grandes maestros” y se generan libros y videos, en un porcentaje importante “engañabobos”, esto da origen a la creación de escuelas que “dicen enseñar tai chi”. Todo esto también es producto de moda, y me recuerda la fábula del roble y el junco:
“Cuentan que una vez crecieron juntos un junco y un roble. Al cabo del tiempo el roble se hizo un enorme y engreído árbol que menospreciaba al junco burlándose de esta manera:
- Qué pequeño y esmirriado eres. No vales ni el palmo de tierra en el que estás plantado. Ni siquiera tienes ramas y tu tronco no aguantaría ni un cuarto de kilo. Yo, sin embargo, soy grande, tengo poderosas ramas y mi tronco es mil veces más robusto que el tuyo. No sé ni siquiera por qué te hablo. Deberías enorgullecerte por esto.
El junco ni se inmutaba ante tales palabras, y se entristecía de que su compañero, el roble, estuviese tan pagado de sí mismo.
Un día un tornado arrasó la comarca y mientras que el roble se oponía a la virulencia del aire con todo su vigor, el junco se plegaba. Tan fuerte era el tornado, que terminó arrancando el roble.
Cuando llegó la calma, el junco se mantenía en pie, mientras que el roble cayó por creerse invulnerable, terminando por convertirse en leña para los leñadores.”

Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Todas esta “modas” a largo plazo favorecen al tai chi. En los años que llevo de práctica, todo me indica que el practicante de tai chi, es un buscador, y cuando cree que su búsqueda ha quedado insatisfecha, busca por otra parte, hasta que encuentra algo que le satisfaga, y hace su propaganda con el boca a boca, no es la propaganda de los grandes canales de difusión, pero es más duradera.
Otro de los motivos por los que el tai chi no encaja en las modas es porque emplea la “selección natural”, de cada diez personas que se acercan con ánimo de aprender como máximo seis continúan, y de esas seis, menos de la mitad son constantes.
La moda es temporal y el tai chi, un estilo de vida.

martes, 23 de marzo de 2010

TEORIA SOBRE LA PINCELADA UNICA

No puedo negar que conocí el tai chi a través de la pintura y al ir adentrándome en los movimientos de las manos, cintura, etc., todo ello me hacía ver el paralelismo con el movimiento del pincel, (separar la crin del caballo salvaje, manos como nubes, clavar la aguja en el fondo del mar) todo ello se encuentra recogido en los movimientos del pincel, y desde entonces trato de encontrar esa pincelada única en el tai chi.
Pero… no existe similitud entre lo uno y lo otro, en la pintura existen unos elementos, el papel, la tinta, el pincel y el pintor. En tai chi aparentemente solo tenemos al practicante, es decir al artista, ¿Dónde se encuentran el papel, la tinta y el pincel?
A mí como occidental, me resultaba difícil descubrir el paralelismo, y me lo fue descubriendo poco a poco Francois Cheng, en su libro “Vacío y Plenitud” al que me he referido en otra parte, y para ello utiliza la unión de la tinta-pincel, porque ambos designan el instrumento y la pincelada que trazan, y dice:
“ La pincelada no es una línea sin relieve ni el simple contorno de las formas: su mira está en discernir el li “línea interna” de las cosas” y sigue “ Aliento y ritmo son dos nociones solidarias. En una pincelada el aliento rítmico, tan solo se obtiene mediante la calidad del vacío que la pincelada contiene o implica”
Después de esto creí darme cuenta de que el artista marcial es a la vez tinta y pincel trazando líneas invisibles e indelebles en un papel imaginario representando las acciones de cada uno que una vez han sido hechas, son irrepetibles, haciéndonos vivir siempre en presente, olvidándonos del movimiento pasado y sin llevar a la mente el siguiente movimiento.
Shitao hacia 1700 dijo de la pincelada única:
“La pincelada única es el origen de todas las cosas, la raíz de todos los fenómenos; su función es manifiesta para el espíritu y se oculta en el hombre…la pincelada única, abarca los diez miles de seres en sí.”
Tinta-pincel son complementarios, no pueden realizar su creación el uno sin el otro.
Tinta-papel son cielo y tierra, opuestos, yin y yang
El pincél en sí mismo, es el elemento activo y creador.
Así tendremos, tierra, (papel), hombre (pincél), cielo (tinta), también en tai chi, existen estos tres mismos elementos, y todos unidos, generan en tai chi, la misma armonía, que la generada en la caligrafía, pintura, poesía, o música, todas ellas son artes que se rigen por las mismas leyes.
Y después de todo esto ¡qué!
¿Cómo reconozco el “li” en el tai chi?

miércoles, 17 de marzo de 2010

¿ FILOSOFIA DE VIDA?

… práctica de tai chi,
… meditación,
La clase es una isla protegida del exterior, la música ayuda a dar ritmo al movimiento, la mente se limpia de toda contaminación externa e interna, las tensiones desaparecen. El entorno se acerca a las sensaciones percibidas en un convento de clausura.
Todo muy idílico, pero esa no es la vida cotidiana, es más, yo diría que eso no es practicar tai chi.
¿Qué pasa durante el resto del día?
¿Cómo respondo a las agresiones?
¿Agredo a alguien?
En la época que nos está tocando vivir, nos encontramos con la violencia a flor de piel, sin darnos cuenta a menudo hay alguien que se siente ofendido por lo hacemos y por lo que no hacemos, por lo que decimos o por lo que dejamos de decir, y si me apuras mucho por aquello que creen que pensamos.
Lo primero que aparece es la agresión verbal. Que en la mayoría de ocasiones solo queda en eso, palabras, en un tono más alto de lo normal, pero solo palabras. Palabras que dichas en un tono más alto intentan provocar al interlocutor, para que este llegue al insulto, y de esta manera, el provocador tiene la excusa para pasar a una agresión. Llamémosle de segundo nivel.
He tenido alguno de estos pequeños altercados, y a “posteriori”, siempre se me ha planteado el mismo dilema:
¿Tenía que haberme dado la vuelta e ignorarlo? Tal como he escuchado de personas mucho más sabias que yo.
Nunca he creído que se deba eludir, lo que he llamado “confrontación de primer nivel”, y observar el comportamiento de la otra persona, la razón no se manifiesta a gritos ni con palabras incoherentes. Generalmente se trata de “perros ladradores” que tratan de acercar su cara a la tuya con ojos exaltados, tratando de ver en el agredido el miedo reflejado en la cara. Cada vez que he estado en esta situación, y han sido unas cuantas veces aunque sin ser excesivas, he dejado que ese “hombrecito” interior que cada uno llevamos dentro, vaya dirigiendo la situación. Me doy cuenta de que también he respondido con un tono alto de voz, aunque tratando de que mi contestación fuese coherente, y acabando de forma que el otro encuentre una posible salida, aunque nunca honrosa, que al menos se encuentre un poco ridículo ante la situación.
Si alguien te agrede y se disculpa, puedes sentirte magnánimo y disculpar la agresión, y de esta forma te sientes bien. No existe ese sentimiento cuando el agresor se siente ofendido, puedes hacer que esa “pelea” se desvanezca, y es tu tai chi, pero no encuentras satisfacción en ello, y siempre me queda la misma pregunta:
¿Es esta la filosofía del tai chi?

domingo, 14 de marzo de 2010

COMPETITIVIDAD

Somos competitivos y no podemos negarlo. Tenemos grabado a fuego la competitividad en nuestra memoria prenatal, y es que cada uno de nosotros es el producto de una competición de espermatozoides para fecundar un solo óvulo, es decir, solo se otorga un premio aunque en algunos de los casos existe el premio compartido, pero para el resto de los participantes no existen las medallas de plata, de bronce o los diplomas. Se dan de narices contra la puerta cerrada.
A lo largo de todos estos años me he encontrado con practicantes de tai chi a los que no les gusta competir, algo tan respetable como a quien si le gusta. Confieso que me gusta y he participado en algunas.
Entendiendo como competición aquella en la que eres capaz de olvidarte de los otros competidores y aprendes a competir contigo mismo. El premio, si lo consigues, no deja de ser un valor añadido y un halago para el ego, y aún sin estar de acuerdo con alguna decisión arbitral eres capaz de alcanzar satisfacción con tu actuación.
En muchas ocasiones sirve como cura de humildad al darte cuenta de que no eres tan bueno como creías. Siendo en este punto donde debes sacar tu competitividad y la exigencia contigo mismo, para mejorar en los puntos donde fallas.
Aunque no hace falta presentarnos a eventos. Todos los días, en las clases cotidianas aparecen “estrellas” que no poseen luz propia y entran en competencia con otros compañeros, otro personaje más como las “vacas sagradas”, intentan adelantarse unos segundos en la ejecución de las formas, para demostrar que lo saben todo, si el grupo entra en su juego pueden desbaratar una clase y eso parece el “ejército de Pancho Villa”, con todos mis respetos para Pancho Villa. Cuando he tenido este tipo de personas a mi lado, entono mi “mea culpa” porque he competido con ellos a la inversa, esto es, ralentizando levemente mis movimientos, obligándoles a trabajar más sus piernas, generándoles una buena dosis de desconcierto e inseguridad, obligándoles a cometer errores. No existe satisfacción en ello, me molesta hacerlo, pero por otra parte no puedo dejarlo pasar, es como un juego.
Este personaje tan común quiere aparentar y se olvida de ser, su tai chi, es superficial está carente de fondo. Este es uno de los personajes que compitiendo en cada momento, no quiere competiciones oficiales y además las denigra, porque le falta seguridad y podría quedar en evidencia su escasez de conocimientos.
No estoy de acuerdo con muchas de las cosas de las competiciones, algunas de sus normas, políticas arbitrales, etc. Pero acudo tratando de ganar, para poder seguir hablando de lo que no me gusta.

sábado, 13 de marzo de 2010

TAI CHI. EL PATITO FEO

Mi primero contacto con el tai chi fue hace unos 23 años, lo que recuerdo de aquellos momentos son las sensaciones. Sobre todo sentía cansancio en las piernas. Siete días practicando mañana y tarde apartados del mundanal ruido.
Pero desde entonces “ha llovido mucho” el tai chi, ha ido evolucionando “los locos” de aquel momento hemos pasado a ser “personas normales” y hemos hecho de este arte un producto de venta en farmacia, es decir propio para enfermos, débiles y ancianos, banderín de enganche de todos aquellos practicantes de artes marciales “duras” con el cuerpo lleno de lesiones que no les permiten practicar su arte marcial preferido y lo siguen recordando con nostalgia. Aunque crean que lo han olvidado, nos dicen lo contrario sus posicionamientos y la dureza de de sus movimientos.
Diariamente veo como practicantes de judo, aikido, karate y hasta de kungfu, me miran por encima del hombro sintiendo que su arte es “superior”. Hasta profesores de otras artes marciales y que además imparten clases de tai chi, lo consideran como el familiar pobre. Pregonan la suavidad pero no la comprenden, hacen que la tensión aflore en sus pupilos, pelvis muy cargadas en karatekas, aikidokas que buscan un complemento en máquinas para fortalecer sus músculos.
Pero ¿Como no lo van a desprestigiar los extraños, si no sabemos transmitirlo los de casa? No es la primera vez que oigo que debemos negar la naturaleza marcial cuando alguien que rechaza ese componente se acerca al tai chi. No es posible negar algo que existe y que permite comprender mejor cada uno de sus movimientos, y permitiendo ver la intención que cada movimiento contiene en su interior.
Día a día observo como aquellos que buscan algo en el tai chi, tienen una idea muy limitada del mismo. Buscan algo que les sirva para relajarse parecido al yoga, pero con más movimiento, que además no les suponga mucho esfuerzo, o que les corrija ciertas dolencias. En todos ellos al principio veo la misma expresión, desconcierto. Resulta que la imagen formada no se corresponde con la realidad, se enfrentan al dolor físico de los músculos de las piernas, se dan cuenta de que su coordinación deja mucho que desear, y además tienen que memorizar. A lo largo de los años, hemos desarrollado unos hábitos corporales, bien sea por dolencias, motivos genéticos, etc., y es el momento de corregirlos. Esto resulta una agresión a nuestras costumbres, dirigidas por la mente, iniciándose una verdadera lucha con nosotros mismos. Debemos romper los esquemas mentales, no solo los nuestros, sino también de aquellos que siguen considerando el tai chi como el patito feo de las artes marciales, porque en ese momento verán el cisne que sus prejuicios les impide ver.

miércoles, 10 de marzo de 2010

LO QUE SE QUEDA EN EL CAMINO

Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
Pedro Calderón de la Barca

Cada vez aparecen nuevas formas que se denominan tradicionales pero que en definitiva solo son unos rimeiks de la forma inicial, a la que han realizado cortes y cosidos, y en algunos casos tan solo la han sujetado con hilvanes, desechando pequeños/grandes detalles que conforman un nudo en el hilo de seda, haciendo que este no sea un buen comunicador entre movimiento y movimiento. Es innegable que existen formas que han sido adaptadas a unas necesidades y se han hecho con sumo cuidado y respeto, pero lamentablemente sus “ensambladores” hace años que fallecieron y ahora está en manos de otros intérpretes que las van modificando según su gusto o su capacidad.
Aquí nos encontramos como con el cuento del elefante que de tanto ser transmitido sin explicaciones, se desvirtúa de tal manera que al final solo quedan gestos y posiciones a las que alguien llama tai chi, pero nos encontramos ante un vulgar placebo, sin intención y sin fuerza, pero eso sí, queda bonito, sirve para reunir personas y pasa a ser un mero acto social, juego la partida de cartas, hago tai chi, o juego a la petanca.
Está claro que tiene efectos beneficiosos, eso si se mantienen las posiciones correctas, pero, ¿hemos parado a cuantificar lo que se ha quedado en el camino?
Siempre he pensado que no existe movimiento inútil en tai chi, los pequeños gestos son las hierbas necesarias para completar el alimento de muchos y que solo se ejecutan con soltura después de mucha práctica y en el momento en que la mente se olvida de otras ataduras.
Aunque no confundamos estos pequeños gestos, con otros “bonitos” pero totalmente inútiles.

martes, 9 de marzo de 2010

ASOCIACIONES, FEDERACIONES Y GENTES DE LIBRE DESIGNACION


  Desde las épocas más antiguas, los padres cuando buscaban una formación profesional o artística para sus hijos, lo llevaban al taller de  un maestro reconocido, y este tras aceptarlo, lo educaba en el oficio, superado el periodo de aprendizaje, lo que suponía muchos años de trabajo, el alumno realizaba su obra maestra que era evaluada por distintos maestros del oficio, y una vez aprobada, era reconocido como maestro pudiendo abrir su propio taller.
 ¿Qué pasa con el tai chi?
En teoría debería pasar lo mismo, salvando las distancias.  Las escuelas tradicionales, han seguido y siguen el dictado de los “Guardianes del Estilo”. Esto ha hecho que algunos maestros ralenticen la enseñanza con el fin de evitar competencia.
Este problema ha hecho que los que se han visto tratados en esta forma, recurran a las federaciones para oficializar en cierto modo sus conocimientos. Existiendo el peligro de “oficializar” los conocimientos de algunas personas con excesiva rapidez.
Otro grupo al que me refiero en el título, es el de “libre designación” es decir, aquellos que se designan como “profesores a dedo”, siendo su propio dedo quien los designa. Que han aprendido un “popurrí” de elementos, tai chi, chi qung, algo de yoga, etc. sin haber completado nada y con todo ello en un paquete, etiquetado como tai chi, y muy bien empaquetado, lo lanzan al mercado, esperando que los pobres pececillos piquen el cebo, y a veces hasta tienen suerte y quien pica el anzuelo es una institución pública que los subcontrata a través de una empresa de servicios para justificar una actividad financiada en parte con dinero público.
 Y mientras tanto el resto, atacándose entre sí, sin darse cuenta de que unos y otros tienen algo que preservar y transmitir, y a mi juicio sentar las bases del tai chi del siglo XXI y la apertura a occidente, le ha dado otra perspectiva. Ya no se practica como en los inicios, todo está evolucionando y de nosotros depende de que sea una evolución enriquecedora, o que la esencia se vaya diluyendo.
El espacio entre Cielo y Tierra
Es semejante a una flauta,
Está vacío, pero no se hunde;
Si se moviliza, más y más, sale de él.
Ante él, las muchas palabras se agotan.
Más vale conservar lo esencial.
(Tao Te King)

domingo, 7 de marzo de 2010

VACIO-LLENO

                                          El cielo logra la unidad y se aclara
                                          La tierra logra la unidad y se hace estable
                                          Los espíritus logran la unidad y de ahí su poder divino
                                          El valle logra la unidad y se llena de agua
                                          Los seres logran la unidad y se multiplican
                                          El príncipe logra la unidad y reina sobre el mundo.
                                                   (Libro de la vía y su virtud)

 Hemos llegado a un punto donde consideramos mejor o peor practicante de tai chi a aquel que ha sabido memorizar más formas o distintos estilos. Estamos propiciando la capacidad de llenarnos constantemente, sin dejar espacio para el vacío. Propiciamos así mismo que nuestra mente se encuentre en constante ebullición, constantemente estaremos pensando en ser los mejores, en realizar bien el siguiente movimiento, en vez de liberar la mente de cualquier ambición y sentir la belleza del arte que practicamos.
¿De qué me sirve aprender muchas formas, si una sola me da trabajo para muchas vidas?
Es verdad que de todas ellas aprendo y me sirvo, pero he llegado a la conclusión de que debo olvidar lo supérfluo y dedicarme a aquello que realmente tiene valor para mí.
 Estar constantemente tratando de recordar, crea tensiones y propician la rigidéz, y todo ello se encuentra en oposición al tai chi.

                                           El hombre cuando entra en la vida
                                           es blando y débil,
                                            mas muere rígido y fuerte.
                                            Las plantas cuando entran en la vida,
                                            son tiernas y delicadas,
                                             mas mueren secas y tiesas.
                                             Los duros y fuertes
                                             son compañeros de la muerte,
                                             los blandos y flexibles,
                                             de la vida.
                                               (Libro de la vía y su virtud)

sábado, 6 de marzo de 2010

LAS VACAS SAGRADAS

Cuando me acerqué por primera vez al tai chi, pude observar como alrededor de la figura del maestro, merodeaban ciertas personas con la mirada alta que parecía que se habían "tragado un palo", acostumbradas a mirar por encima del hombro al pobre estudiante novato y a todo aquel que no se encontraba a su nivel. Es más, solo dirigían la palabra como haciéndoles un favor a quienes llevaban años en tai chi.
 No dudé ni un momento en denominarles "VACAS SAGRADAS", auténticos "yoes con patas" aduladores de maestros y maltratadores de los pobres "parias novatos".  Esta figura no ha cambiado con el tiempo, allí donde he ido, he seguido viendo a este mismo personaje, emuladores de sus maestros y que no saben aportar nada al tai chi, con el tiempo se dedican a la enseñanza, transmitiendo a sus alumnos las mismas miserias que transportan en sus mochilas, intentando generar gregarios encadenados a su despotismo y no permitiendo que se manifieste la rebeldía propia del artista marcial, la alegría por la vida y la eliminación de traumas. En definitiva propiciar la manifestación de seres libres.
  Se que todo esto viene de la mano del dinero y es muy facil engordar el ego de quien te paga, porque nos aseguramos la percepción constante de ese dinero, asegurando a todo el mundo que puede llegar a ese estatus de vaca sagrada, tan solo necesita un poco de paciencia, y se generan castas en cada uno de los niveles y en todas esas castas existen sus vacas sagradas, manteniendo una estructura piramidal donde cada "maestro" es un auténtico "emperador amarillo"
 Afortunadamente hay otros estudiantes que no pierden su rebeldía, y aunque lleguen a ese estatus equiparable al de "VACA SAGRADA" no escuchan los cantos de sirena, aunque lamentablemente llegan a desencantarse con la actividad y con quienes la rodean, abandonando, podrían haber sido buenos maestros, pero les faltaba ese espíritu marcial.  Los que aguantan, llegan a otro mundo donde encuentran la satisfacción del tai chi, teniendo que pagar a cambio la "moneda del barquero" para entrar en el mundo de los marginados.

viernes, 5 de marzo de 2010

TAI CHI. ¿ PURISMO O INNOVACION?

  Desde la revolución de Mao hasta hoy el pensamiento del gobierno chino ha ido cambiando con respecto a las artes marciales tradicionales.
  Es notorio que  las escuelas mantenían en su interior un espíritu de rebeldía y con esto se ganaron ser declaradas proscritas por el nuevo gobierno.
  Después todo cambió, las artes marciales fueron consideradas como el gran tesoro dentro de la cultura y sanidad nacional. Se fueron los maestros disidentes, pero sus enseñanzas quedaron en muchos de sus discípulos. Tal vez no sea  lo más correcto porque se dejan en manos de "papá estado" la manipulación y transmisión de las mismas.
 Aunque yo me pregunto :
 ¿Qué pasa en la rama tradicional? ¿No queda todo en manos de los todopoderosos Guardianes del Estilo?
¿No es verdad que esto ha provocado, provoca y provocará luchas internas por la sucesión?
 Si esto pasa en las grandes esferas ¿qué pasa a nivel de calle?.
 Llevo mucho tiempo viendo a distintos "gurús" que demonizan todo aquello  distinto a lo que practican y consideran suyo.
Gestos despectivos cuando oyen tal o cual estilo.
Gentes que practican las formas de tai chi, pero que no hacen tai chi, ayatollahs inflexibles que abandonaron las enseñanzas de sus maestros.
Tradición frente a innovación.
Para los unos nada vale y para los otros todo vale.
¿Donde se encuentra el error? ¿No fueron innovadores los creadores de escuelas tradicionales?
Indudablemente en los extremos. Bajo mi punto de vista, el tai chi se encuentra en un constante movimiento, que no podemos parar, pero tampoco podemos introducir elementos extraños que parecen más extraidos de danzas populares donde prima la vistosidad pero sin la fuerza que anima y da forma a los movimientos de tai chi.
No entiendo la disgregación entre tai chi marcial y tai chi gimnasia para salud. Todo ello forma un ente completo en si mismo.
   ¿No será que hemos ido dejando por el camino una parte muy valiosa y en vez de reconocerlo tratamos de culpabilizar a los demás?

 

lunes, 1 de marzo de 2010

¿ QUE BUSCAS EN EL TAI CHI?

  Hace ya bastantes años, -tantos que casi ya he perdido la cuenta- que Angel Fernández de Castro, me descubrió el tai chi, trató de irme introduciendo en la forma de 37 movimientos del estilo Yang, es decir, la forma enlazada por el profesor Cheng Man Ching.
  Traté de profundizar un poco en ella, y lo único que hice fue intentar por toos los medios de descubrir y experimentar las formas clásicas que dieron origen a la de 37 movimientos.  Fui aprendiendo nuevas cosas con nuevos maestros y bebiendo de estas fuentes, me fui introduciendo en un mundo donde reina la envidia, el desprecio hacia los demás, el fundamentalismo. "El arte que yo practico es sublime, el que practican los demás no merece la pena". Lo malo de todo es que sigue vigente en unagran mayoría de practicantes.
  Al introducirme en esta espiral, me olvidé de mi búsqueda, y sobre todo no me hice una pregunta:
¿QUE BUSCAS EN EL TAI CHI?
  Han tenido que pasar todos estos años, salirme de todo ese mundo, apaciguarlo todo y otra pregunta martillea en mi cerebro.  Aparentemente absurda, pero tal vez en esa misma absurdéz residía su profundidad:
¿A QUÉ VUELTA SE ACUESTA UN PERRO?
  No puedo perder el tiempo pensando si mi tai chi es mejor que el del vecino. Es más no puedo pensar si tal o cual maestro, se dedica a comerciar o no con el tai chi. Allá él y sus alumnos. Y en este punto es donde surgío de nuevo la pregunta:
¿QUÉ BUSCAS EN EL TAI CHI?
 Y ahí aparecieron mis escarceos con la pintura, la poesía y haciendo mía una frase de Francois Cheng en su libro "Vacío y Plenitud" y aplicándolo al tai chi, se trata de una filosofía de vida en acción.
 Ahora sí que puedo contestar a mi pregunta y la respuesta sería:
La suprema armonía.
 Tal vez sea una meta excesivamente lejana y "tal vez" no se alcance en una sola vida. Pero un solo gramo de esa armonía hace que calme mi ansiedad y me hace ver que no estoy en posesión de toda la verdad, pero un gramo de mi verdad, unido a minúsculos gramos de la verdad de otros, nos hace poseer entre todos de un kilo de verdad.
 Aunque no sea más que un gramo lo que nos une, es mucho más valioso que aquello que nos separa.