El cielo logra la unidad y se aclara
La tierra logra la unidad y se hace estable
Los espíritus logran la unidad y de ahí su poder divino
El valle logra la unidad y se llena de agua
Los seres logran la unidad y se multiplican
El príncipe logra la unidad y reina sobre el mundo.
(Libro de la vía y su virtud)
Hemos llegado a un punto donde consideramos mejor o peor practicante de tai chi a aquel que ha sabido memorizar más formas o distintos estilos. Estamos propiciando la capacidad de llenarnos constantemente, sin dejar espacio para el vacío. Propiciamos así mismo que nuestra mente se encuentre en constante ebullición, constantemente estaremos pensando en ser los mejores, en realizar bien el siguiente movimiento, en vez de liberar la mente de cualquier ambición y sentir la belleza del arte que practicamos.
¿De qué me sirve aprender muchas formas, si una sola me da trabajo para muchas vidas?
Es verdad que de todas ellas aprendo y me sirvo, pero he llegado a la conclusión de que debo olvidar lo supérfluo y dedicarme a aquello que realmente tiene valor para mí.
Estar constantemente tratando de recordar, crea tensiones y propician la rigidéz, y todo ello se encuentra en oposición al tai chi.
El hombre cuando entra en la vida
es blando y débil,
mas muere rígido y fuerte.
Las plantas cuando entran en la vida,
son tiernas y delicadas,
mas mueren secas y tiesas.
Los duros y fuertes
son compañeros de la muerte,
los blandos y flexibles,
de la vida.
(Libro de la vía y su virtud)
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