martes, 9 de marzo de 2010

ASOCIACIONES, FEDERACIONES Y GENTES DE LIBRE DESIGNACION


  Desde las épocas más antiguas, los padres cuando buscaban una formación profesional o artística para sus hijos, lo llevaban al taller de  un maestro reconocido, y este tras aceptarlo, lo educaba en el oficio, superado el periodo de aprendizaje, lo que suponía muchos años de trabajo, el alumno realizaba su obra maestra que era evaluada por distintos maestros del oficio, y una vez aprobada, era reconocido como maestro pudiendo abrir su propio taller.
 ¿Qué pasa con el tai chi?
En teoría debería pasar lo mismo, salvando las distancias.  Las escuelas tradicionales, han seguido y siguen el dictado de los “Guardianes del Estilo”. Esto ha hecho que algunos maestros ralenticen la enseñanza con el fin de evitar competencia.
Este problema ha hecho que los que se han visto tratados en esta forma, recurran a las federaciones para oficializar en cierto modo sus conocimientos. Existiendo el peligro de “oficializar” los conocimientos de algunas personas con excesiva rapidez.
Otro grupo al que me refiero en el título, es el de “libre designación” es decir, aquellos que se designan como “profesores a dedo”, siendo su propio dedo quien los designa. Que han aprendido un “popurrí” de elementos, tai chi, chi qung, algo de yoga, etc. sin haber completado nada y con todo ello en un paquete, etiquetado como tai chi, y muy bien empaquetado, lo lanzan al mercado, esperando que los pobres pececillos piquen el cebo, y a veces hasta tienen suerte y quien pica el anzuelo es una institución pública que los subcontrata a través de una empresa de servicios para justificar una actividad financiada en parte con dinero público.
 Y mientras tanto el resto, atacándose entre sí, sin darse cuenta de que unos y otros tienen algo que preservar y transmitir, y a mi juicio sentar las bases del tai chi del siglo XXI y la apertura a occidente, le ha dado otra perspectiva. Ya no se practica como en los inicios, todo está evolucionando y de nosotros depende de que sea una evolución enriquecedora, o que la esencia se vaya diluyendo.
El espacio entre Cielo y Tierra
Es semejante a una flauta,
Está vacío, pero no se hunde;
Si se moviliza, más y más, sale de él.
Ante él, las muchas palabras se agotan.
Más vale conservar lo esencial.
(Tao Te King)

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